Problemas del país, difíciles y complejos

El tema de la ciudadanía y sus consecuencias tiene una trascendencia que a ninguno de nosotros se nos escapa. A dónde vamos, a donde estamos yendo, estamos asediados de problemas difíciles, complejos. Incluso la revista Forbes del mes de diciembre dijo: “México, el siguiente desastre”. Ésa es la expectativa que hay acerca de nuestro país por la complejidad y la dificultad de sus problemas, que tenemos que afrontar inevitablemente. Desde luego el problema más importante, todos ustedes están conscientes de ello, es la inseguridad; inseguridad que está tomando caracteres verdaderamente alarmantes. Está el narcotráfico del que tanto se habla, y su contra parte, que es la drogadicción: el proveedor y los consumidores.

Tuve oportunidad de hablar con el presidente municipal de Tijuana y me decía que se está creando una cultura a favor del narco; el narcotraficante no es solamente él sino la gente que tiene alrededor, el que le construye la casa, el que le maneja sus asuntos económicos, el abogado que le da asistencia y ya no hablemos del policía, que es su cómplice, o las autoridades que se han ligado con él, al grado tal, que incluso hay una película hoy en las carteleras, que se llama Rudo y cursi, donde de algún modo, en broma o como ustedes quieran, se está haciendo una apología del narcotraficante: inconcebible.

Crecimiento económico débil

Pero lo que ha ocurrido es que por el crecimiento que ha habido en la producción, el precio de la cocaína ha bajado en Estados Unidos, y entonces hay menos demanda para los narcotraficantes de México, y entonces están “emigrando” a otros delitos, a lo que se ha llamado la delincuencia organizada enriquecida por estos señores. Y si a eso le añadimos como contraparte la corrupción de nuestras autoridades, y la corrupción de la policía, y por el otro lado la impunidad patética (de cada delito sólo se condena el 3%), estamos realmente en una situación grave que muchas veces no aquilatamos debidamente, y desde luego la incapacidad de la policía para resolverlos.

Los funcionarios públicos encomendados muchas veces tienen vicios de origen, porque a una autoridad que está buscando policías se le ocurre buscar entre los menos malos y por eso sufrimos. El ejército ha hecho lo suyo, pero el problema lo está desbordando, hubo una información del Secretario de la Defensa sobre lo bien organizados que están los narcotraficantes por las armas que tienen, por la debilitación que hacen de la gente. ¿Ustedes saben que muchos de los desertores del ejército son porque los recluta el narco? Ése es un gran problema que tenemos que afrontar enérgicamente.

Luego viene la pobreza; tanto se ha hablado de la pobreza de este país que parece que no nos damos cuenta de la gravedad que esto tiene desde el punto de vista social y político. Tenemos la suerte de que nuestra gente es sufrida, y no es revolucionaria, porque en otras condiciones ya hubiéramos tenido una revolución.

En materia de pobreza se dice que hay tres niveles de pobreza: la pobreza alimentaria, o sea la más tremenda de todas. El 17% de la gente de este país no tiene suficiente para comer, están en lo que se ha llamado pobreza extrema, que más bien debemos decir que es miseria ¿Cómo podemos dormir tranquilos, si el 17% de nuestros compatriotas no tienen para comer?

Pobreza alimentaria.

El siguiente nivel es lo que llaman pobreza de capacidades, es decir, de la gente que no tiene estudios, que no tiene salud, no tiene vivienda, en fin, que come pero nada más, y luego viene lo que se llama la pobreza patrimonial, que tienen para comer, tienen servicios de salud y de educación, pero no tienen ningún bien material, no tienen vivienda suficiente, no tienen transporte, no tienen herramientas para trabajar, no tienen elementos materiales para ser más productivos. Y alrededor de esto tenemos un fenómeno que es importantísimo, que se llama la desigualdad social, que ustedes no sé si saben que el continente americano tiene el peor índice de desigualdad, y México es uno de los países más desiguales: el 10% de la población se lleva el 37% del ingreso, y el 10% de la población más pobre se lleva el 1.4% ¿Cómo podemos estar tranquilos en un país tan desigual?

Crecimiento económico débil

Se ha hablado mucho del combate a la pobreza pero tenemos que entrarle en serio porque si no, esto no funciona. ¿Por qué la pobreza? Hay muchas causas. Una de ellas es nuestro bajísimo crecimiento económico, el crecimiento económico es muy débil, para este año se planeaba el 1% pero en informes recientes vamos a tener lo que llaman eufemísticamente un crecimiento negativo, o sea un decrecimiento.

¿Por qué ocurre eso? Hay muchas razones, pero una que nos atañe al gremio es una capacidad empresaria escasa, tenemos negociantes pero no tenemos suficientes empresarios con la audacia, con la inventiva, con la capacidad de asumir riesgos, con un sentido de austeridad y de responsabilidad; limitaciones gubernamentales, no hay la menor duda, que estamos con una burocracia que no nos deja funcionar, que tenemos leyes y disposiciones tontas. Leía en la mañana de una mujer que quiso sacar su credencial de elector para que su muchacha pudiera recibir el Seguro Popular, y le fue materialmente imposible por una bola de requisitos burocráticos. Si a esto añadimos nuestra baja competitividad, que en América Latina somos de los más bajos en competitividad, y todo esto como consecuencia de insuficiente actividad económica, insuficiente empleo.

En este país, en el momento en que la gente no tenga empleo, los problemas se complican. Le voy a hablar de un artículo que apareció en la revista Proceso sobre los sicarios; los sicarios son asesinos a sueldo que recluta el narcotráfico para sus problemas internos, y para combatir a las autoridades, sicarios que se reclutan entre los jóvenes que no tienen trabajo y los que no tienen escuela, y que no tienen desde luego ninguna escala de valores. Ahí es desgarrador ver como reclutan a un muchacho de 15 años, que comienza por matar y que cuando se le dice ¿y qué futuro tienes?, dice “hoy mato yo, mañana me matan a mí”. Hay que entender con todo rigor el grado de extrema gravedad al que hemos llegado.

Crisis

Y todo esto agravado por esta crisis reciente que nos llega por las barbaridades de nuestros vecinos del norte (hasta vamos a pagar culpas ajenas) y que nos va a afectar gravemente; es una crisis que comienza financiera, que comienza en Wall Street, dicen, y que después se regresa a la vida cotidiana, y evidentemente limita nuestro crecimiento y nuestro empleo, y sobre todo se crea un desánimo, un espíritu negativo, una actitud catastrofista. No es posible caer en el pesimismo sino que tenemos que reaccionar contra este efecto que yo llamo de péndulo. Hicimos muchas barbaridades, nos endeudamos demasiado, no ahorramos, contratamos de más, tuvimos gastos supérfluos y ahora queremos ir radicalmente al otro lado. Se dieron créditos de más, ahora se contraen los bancos y no prestan. Este efecto de péndulo tenemos que combatirlo, porque agrava el problema de falta de crecimiento económico y empleo.

Educación mediocre

Y tercer punto en esta lista de calamidades: educación mediocre. En calificaciones mundiales siempre salimos muy mal parados por mil razones. Es un país que se ha preocupado, sí, en la cobertura de la educación, pero muy poco de la calidad de la misma. En la Alianza para la calidad en la educación se logró por fin que se establecieran una serie de medidas, entre la que más destaca: que los puestos de maestros se ocupen por oposición; de los que se examinaron, el 65% reprobó, pero lo más grave de esto, es que numerosos grupos de maestros en varios estados de la república, se opusieron a este esquema de las plazas por oposición; y las plazas de oposición no debieran ser sólo de maestros, debieran ser de directores, de supervisores y además no sólo debiéramos de examinar a los que quieren entrar, debiéramos de examinar a los que ya están dentro, para que los que no llenen los requisitos mandarlos a su casa, y sólo así tendríamos una educación menos deficiente.

En materia de educación superior, investigación, somos un país donde se hace muy poca investigación, de donde salen muy pocas patentes, nos estamos quedando rezagados, y es muy triste.

Otros elementos que complican este panorama son los llamados grupos de interés y de poder. Este país quedó lastrado desde los años 20 con la Reforma Agraria, que nos maniató de una manera terrible para tener una producción agropecuaria comparable con la de otros países.

La producción agropecuaria de Brasil es el 25% de su ingreso, en México es el 6%: eso representó una camisa de fuerza que nos pusieron para el desarrollo económico, pero comienzan después los grupos de privilegio, que tienen prebendas, que tienen concesiones que se les han hecho políticamente por muchos años, y que se llevan una parte, injusta, del producto nacional: maestros, petroleros, electricistas, empleados del Instituto del Seguro Social y del ISSTE, y de la burocracia misma. Cuando uno ve las prestaciones que reciben las instituciones comparables a las que tenemos en la empresa, es realmente vergonzoso y alarmante.

Veamos nuestro país, el potencial que tenemos en México

México es un país de privilegio: tenemos 107 millones de habitantes que son consumidores; es el segundo país en América Latina; quiere decir que tenemos un mercado interno formidable para cualquier proyecto económico. Frontera con Estados Unidos, y luego tenemos petróleo, aunque se nos esté acabando, y a propósito, producíamos 3 millones 300 de petróleo hace 4 años, y ahora producimos 2 millones 800. Tenemos 11 mil km de costa, Bolivia no tiene un metro, las costas son puertos, son playas, es pesca. Tenemos una mano de obra que, a pesar de lo que se diga, es una mano de obra de oro. El trabajador mexicano con un buen liderazgo llega muy lejos. Tenemos una mano de obra de oro y además hay el famoso bono demográfico ¿Qué quiere decir eso? Que los jóvenes que nacieron cuando no había una natalidad como la de ahora ya han llegado a su edad de producir, o sea que viene mano de obra increíble. Todo desarrollo económico además de capital necesita mano de obra, necesita no sólo los consumidores que vienen por este bono demográfico, sino los productores, que es una riqueza y no una carga.

Este país tiene 11 millones de compatriotas en Estados Unidos, que no pensamos en las remesas que nos mandan sino en el apoyo político que nos pueden dar también ¿Qué países de América Latina tienen todo esto? Y sin embargo, a pesar de todo esto, somos de los países importantes de América Latina con el menor crecimiento económico y con un déficit en la balanza comercial. Los demás países tienen superávit comercial y tienen un crecimiento superior al nuestro. Cuando nosotros crecíamos al 3, ellos crecían al 5, al 6, al 8%, entonces viene la gran pregunta: ¿Por qué, a pesar de eso, estamos tan mal? ¿Por qué estamos tan mal? Porque somos como somos, dicen unos; no se vale, yo no estoy de acuerdo con que cada país tiene el gobierno que se merece, no nos lo merecemos, pero sí nos lo merecemos en cierto sentido. No hemos tenido la indignación para cambiar las cosas, la inconformidad, es decir, no aceptar que somos un país perdedor, revelarnos a que estamos derrotados, y aquí viene la solución para este problema ¿Por qué hemos tenido esta situación? Y pregunto: si no funciona la familia, ¿quién es el responsable? Padres de familia. Si no funciona la escuela, si los niños no aprenden, ¿quién es el responsable? Los maestros. Si la empresa no funciona es porque sus directivos no funcionan, y si el gobierno no funciona, ¿quién es el responsable? El responsable son los gobernantes, incluyo no solamente al presidente de la república, el presidente de la suprema corte, los diputados, los funcionarios públicos de todos los niveles, de todos los poderes de la unión, los presidentes municipales. Hemos tenido gobiernos mediocres, hemos tenido gobiernos o gobernantes, que no han sabido o no han podido revertir la terrible situación que acabo de describir, no hemos tenido el gobierno que este país necesita, y debemos de ver por tener un mejor gobierno, de todos los niveles y de todos los poderes.

Con respecto al presidente de la república, quiero hacer una salvedad. En una reciente encuesta del periódico Reforma, se dijo que el Presidente tenía un 67% del apoyo de la gente, que les caía bien, y dijeron del Presidente, es un hombre honesto, es un hombre que se preocupa de los mexicanos y es un hombre que le echa ganas. Tenemos entonces Presidente, lo que tenemos que hacer es apoyarlo, pero ¿cómo apoyarlo? Mencionaba una palabra antes, un renglón que se me escapó, que es el de las minorías activas, ustedes dirán: si los empresarios somos una minoría, efectivamente en una sociedad global en los dos polos hay una minoría activa, que yo llamo positiva (nosotros) y luego hay una minoría activa negativa, de todos los que están dando lata, y en medio de esas dos minorías está la mayoría silenciosa, la enorme mayoría que es la que no se mueve ¿Quiénes debemos mover a esa mayoría silenciosa, esa mayoría apática, indiferente? Nos toca en buena parte al empresario porque somos líderes sociales. Ahora bien, ¿cómo participar? Hay varias maneras de participar en lo público, en el quehacer político, primero hacer trabajo social, y muchos de nosotros ya lo hacemos, en aras de consolidar la fuerza de la sociedad, después de eso, afiliarse a un partido, los que tengan esa vocación. La pena es que los partidos se han desprestigiado mucho y no tienen suficiente confianza y aprobación de la población, y luego votar, porque quisiera yo que de esta reunión el fruto que saquemos es que vayamos a votar, y además de promover el voto, para participar se necesita capacitarse, para hacer verdadera ciudadanía.

 

Ciudadanía

No tenemos suficientes ciudadanos, los ciudadanos hay que formarlos en todos los aspectos posibles, en la familia, en la escuela, pero también en la empresa, en la empresa podemos contribuir muchísimo a la formación ciudadana de nuestra gente, formación ciudadana que no tiene que ser necesariamente partidista, pero que la gente esté consciente de lo público, del quehacer político, de la necesidad de involucrase en todas estas cuestiones, alrededor de las cuales hemos sido muy ajenos, crear ciudadanía es un proyecto importante.

Nuestros propios trabajadores deben estar mejor informados de cómo funciona todo esto, y cómo pueden ellos influir en esto para no sufrir las consecuencias, crear ciudadanía debe de ser un proyecto de USEM.

Para concluir, quisiera decirles que todas estas cosas, estos proyectos, esta dinámica que queremos crear, no se puede crear sin lo espiritual, sin lo espiritual ninguna civilización puede constituirse y durar, no se logra la cohesión necesaria. Hay una cita de Paul Valadier que dice: “Ninguna sociedad puede privarse de lo espiritual que fortalece las energías, da sentido a los intereses particulares, a los destinos personales, a la vida común”.

Y yo, ante estos planteamientos que podrían considerarse un poco utópicos, quiero decirles la frase de Robert Kennedy: “Unos juzgan las cosas como son. Yo sueño en las que nunca han sido y me pregunto: ¿Por qué no?”