La visión de la Unión Social de Empresarios de México, USEM, es cuidar y promover la dignidad inalienable de toda persona en el mundo del trabajo.

Sin embargo, la relativización del valor de la vida humana a nivel social se produce por una serie de fenómenos culturales que están relacionados con la crisis moral. Ésta afecta profundamente al modo como el hombre valora su propia existencia y la de los demás1. El Cambio de Época que vivimos consiste fundamentalmente en la fractura del consenso de valores que sostiene la cultura que cambia radicalmente la conducta social y la pone constantemente en crisis2.

¿Y qué es la dignidad? Es un sello indeleble y gratuito por el solo hecho de ser seres humanos, que nos hace ser lo más excelso sobre la faz de la tierra.

Todo ser humano es un ser único e irrepetible; inteligente, con voluntad libre, sujeto de derechos y deberes, con destino trascendente y, por lo tanto, dignidad eminente, igual para todos.

La persona es el origen, centro y fin de toda la vida social y económica y debe ser considerado en su integridad.

La dignidad del ser humano inicia desde el momento de la concepción y termina con su muerte natural.

La familia es la célula base de la sociedad y la empresa es la célula base de la economía, formando interdependencia.

Empresa y familia son las dos redes más significativas del ser humano. La empresa y familia conforman una alianza. Los dos miembros de esta relación se necesitan, se complementan, interactúan hasta el punto de que uno de los dos difícilmente pueda subsistir y crecer sin el otro.

Entonces tenemos que trabajo y la familia son claramente complementarios cuando hay voluntad, decisión y creatividad para hacerlo. Un adecuado equilibrio entre vida personal y profesional beneficia tanto a la empresa como al colaborador.

Si logramos hacer de la familia, un núcleo social más fuerte mejoraremos las personas, las empresas y la sociedad.

Por ello, nuestro modelo de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) centrado en la persona se enfoca precisamente en el florecimiento de la persona humana3.